Captar la Atención del Cliente: Importancia de la Fluidez en la Experiencia
Descubre cómo captar la atención del cliente en 2025 con neurociencia, datos reales y estrategias digitales alineadas con Google y ChatGPT. Con tantas informaciones digitales los comportamientos de los usuarios han cambiado.
COMMUNICATION
LYDIE GOYENETCHE
12/11/202414 min leer


Cómo atraer clientes en 2025: captar su atención desde la primera búsqueda
Atraer nuevos clientes en 2025 ya no depende de tener un sitio web atractivo ni de publicar con frecuencia en redes sociales. Estamos viviendo una transformación profunda en los hábitos digitales: los usuarios ya no buscan con precisión, sino que exploran con expectativas más difusas. Ya no leen detenidamente, escanean. Ya no hacen clic en enlaces, esperan respuestas inmediatas y útiles. En este nuevo entorno, captar la atención del cliente desde los primeros segundos se ha convertido en una ventaja competitiva clave.
Según un informe de Think with Google, el 71 % de los recorridos de compra comienza con una búsqueda en línea. Más importante aún, el 90 % de los usuarios no tiene una marca en mente al iniciar su investigación. Esto representa una oportunidad estratégica para todas aquellas empresas capaces de posicionarse en el momento oportuno, con el contenido correcto y un mensaje claro que resuene con las necesidades del usuario. Pero las reglas del juego han cambiado de forma radical.
Con la llegada de la inteligencia artificial generativa, plataformas como ChatGPT, Google Search Generative Experience (SGE), Bing Copilot o Perplexity han comenzado a ofrecer respuestas contextualizadas, completas y personalizadas directamente en los resultados de búsqueda. Cada vez más personas obtienen la información que necesitan sin visitar ningún sitio web.
Este cambio ha redefinido lo que significa atraer. Ya no se trata simplemente de generar clics, sino de iniciar una relación en un entorno saturado, volátil y fragmentado. De hecho, según Statista, el 63 % de los usuarios abandona un sitio si no encuentra de inmediato lo que busca. Y, según Wyzowl, el 73 % prefiere ver un vídeo corto para conocer un producto antes que leer una descripción. Las marcas deben adaptarse a este nuevo lenguaje visual, emocional y directo sin perder profundidad ni coherencia estratégica.
El contenido eficaz en 2025 ya no gira alrededor de palabras clave aisladas. Google ha incorporado en sus algoritmos criterios como la experiencia real del autor, la utilidad tangible del contenido, la autoridad temática del sitio y la confianza generada. Este conjunto de factores, conocidos como E-E-A-T (Experiencia, Especialización, Autoridad y Fiabilidad), obliga a las marcas a abandonar el enfoque genérico y a apostar por narrativas que respondan a las verdaderas intenciones del usuario. El contenido que no aporta valor, contexto o claridad será ignorado por los algoritmos y por las personas.
En este contexto, atraer clientes significa entender cómo buscan, qué los motiva, y cuál es el momento exacto para presentarse con una solución adecuada. No basta con tener presencia digital: hay que destacar, conectar y resolver. Las empresas que logran captar la atención desde la primera búsqueda no solo generan más tráfico cualificado, sino que construyen relaciones más duraderas y auténticas. Porque en el nuevo ecosistema digital, quien conquista la atención… abre la puerta a la conversión.
El cambio radical en el comportamiento del usuario digital
Desde los primeros años del comercio electrónico, atraer clientes significaba posicionarse en los resultados de Google con una página bien optimizada y un título convincente. Las búsquedas eran precisas, los usuarios escribían lo que querían encontrar y hacían clic en los primeros enlaces. Este modelo funcionó durante más de una década y alimentó todo un ecosistema de agencias de SEO, expertos en marketing digital y creadores de contenido centrados en palabras clave exactas. Pero desde 2023, todo esto ha comenzado a desmoronarse.
Hoy, los usuarios ya no se comportan como antes. Según un estudio de Google & Ipsos realizado en 2024, el 53 % de las personas ya no utilizan frases cerradas para buscar productos o servicios, sino que formulan preguntas más abiertas, complejas o conversacionales. Esto se traduce en consultas como “¿qué puedo hacer si mi tienda no aparece en Google Maps?” o “cómo encontrar clientes sin pagar anuncios”. Lo que antes era una búsqueda de producto se ha transformado en una búsqueda de orientación. Y cuando el comportamiento cambia, también debe cambiar la forma de captar la atención.
La atención ya no empieza en tu web
Una de las mayores transformaciones provocadas por la inteligencia artificial generativa es que la atención del cliente ya no comienza en tu sitio web. En 2025, herramientas como ChatGPT, Google SGE, Perplexity y Bing Copilot procesan millones de búsquedas cada día, generando respuestas inmediatas basadas en datos, contenidos públicos, foros, artículos, redes sociales y opiniones verificadas. Esto significa que muchos usuarios obtienen la información que necesitan sin llegar jamás a tu página. Se quedan en el resumen generado por la IA, o en la previsualización del contenido.
Este fenómeno ha sido confirmado por un informe reciente de SparkToro y Similarweb, que muestra que el porcentaje de búsquedas “sin clic” (zero-click searches) ha alcanzado el 63 % en dispositivos móviles y el 47 % en escritorio. Es decir, más de la mitad de los usuarios no hace clic en ningún enlace después de buscar. En un mundo donde el clic ya no es automático, el verdadero reto no es posicionarse, sino destacar antes de que el usuario tome una decisión. La atención se ha desplazado del sitio web al contexto mismo de la búsqueda.
La nueva economía de la atención: escasez, velocidad… y contenido ultra breve
A medida que crece la cantidad de contenido disponible, disminuye la capacidad de atención del público. Un estudio de Microsoft indica que el tiempo promedio de atención digital ha bajado de 12 a 8 segundos en menos de una década. Este fenómeno tiene consecuencias directas para las marcas: si el usuario no comprende rápidamente el valor de tu propuesta, simplemente se va. Pero además de la velocidad, entra en juego otro factor decisivo: la competencia emocional. El contenido que no conecta, que no interpela, que no resuena, queda invisible incluso si es técnicamente visible.
En este nuevo paradigma, no sorprende que los formatos ultracortos hayan experimentado un crecimiento explosivo. La plataforma YouTube Shorts, lanzada en 2021 como respuesta a TikTok, supera los 70 000 millones de visualizaciones diarias en 2024, según datos oficiales de Google. Se trata de vídeos de menos de 60 segundos que condensan una idea clave, un consejo práctico o una emoción en un formato vertical, directo y fácilmente compartible. Para los usuarios, representan una forma rápida de descubrir contenidos sin compromiso. Para las marcas, son una oportunidad —o una amenaza—: si no logran captar la atención en los tres primeros segundos, el usuario desliza hacia el siguiente contenido, y la oportunidad se pierde.
Esto nos lleva a una constatación clave: la atención se ha fragmentado y acelerado. El éxito no reside ya en contar mucho, sino en contar algo con precisión quirúrgica, en el momento justo. Según Wyzowl, el 73 % de los usuarios prefiere ver un vídeo corto sobre un producto que leer una descripción. En sectores como la hostelería, la alimentación o el turismo, los Shorts se han convertido en una puerta de entrada emocional hacia la marca, incluso antes de que el usuario visite el sitio web o lea una reseña.
La economía de la atención, por tanto, no solo exige brevedad: exige impacto emocional inmediato. Y esto obliga a reformular las estrategias de atracción. No basta con estar presente en el buscador. Hay que estar presente en el imaginario digital del usuario, ser recordado como útil, relevante o inspirador en menos de diez segundos. Las marcas que logran integrar formatos breves —sin sacrificar profundidad en el resto del embudo de conversión— son las que construyen una narrativa coherente, multiplataforma y eficaz.
Del SEO tradicional al contenido con intención real
Durante años, el SEO se basó en el uso estratégico de palabras clave, optimización de títulos, backlinks y tiempos de carga. Pero en 2024, Google dejó claro que sus criterios de clasificación están evolucionando. En sus últimas actualizaciones, ha priorizado factores como la experiencia directa del autor del contenido, la autoridad temática del sitio y la utilidad concreta del texto en relación con la búsqueda. Este enfoque, conocido como E-E-A-T (Experience, Expertise, Authoritativeness, Trustworthiness), obliga a replantear las estrategias de marketing digital.
El contenido genérico, redactado para agradar a los algoritmos, ya no funciona. Lo que el cliente busca ahora es una respuesta real, adaptada a su contexto. Según Content Marketing Institute, el 78 % de los consumidores se sienten más inclinados a confiar en una marca que les ofrece contenido personalizado, que responde a sus inquietudes y no simplemente promociona productos. Captar la atención, por tanto, exige abandonar la lógica de volumen y adoptar una lógica de valor: menos contenido, pero más relevante, más auténtico, más humano.
La influencia invisible de la IA en las decisiones de compra
Otro cambio silencioso pero profundo es el papel que juega la inteligencia artificial en el proceso de decisión. Cada vez más usuarios conversan con asistentes virtuales, escriben preguntas en plataformas como ChatGPT, o piden recomendaciones automatizadas a sus teléfonos inteligentes. Estas herramientas procesan el lenguaje de manera contextual, analizan el historial del usuario y priorizan respuestas con mayor grado de confianza y utilidad percibida. Si tu contenido no cumple con esos estándares, simplemente no será citado, ni recomendado, ni mostrado.
Esto transforma completamente la forma en que las marcas deben pensar su estrategia de atracción. No solo se trata de optimizar para Google, sino también de estructurar el contenido para que pueda ser comprendido, interpretado y citado por modelos de lenguaje. El uso de lenguaje claro, ejemplos concretos, datos actualizados y testimonios reales se convierte en una forma de lenguaje universal para la IA. Así como antes se escribía para los algoritmos de búsqueda, hoy se escribe también para los modelos conversacionales.
Captar la atención no es generar clics, sino iniciar una relación
En este nuevo ecosistema, atraer clientes no se mide únicamente por el número de clics, sino por la calidad del primer contacto. Una empresa que logra aparecer en una respuesta generada por IA, o en un resumen contextual en los resultados enriquecidos de Google, está iniciando una relación con el usuario. Esa relación puede no traducirse en una conversión inmediata, pero si se construye con coherencia, aumentará la recordación, la confianza y la disposición futura a comprar o contactar.
Según HubSpot, el 79 % de los usuarios que reciben una experiencia digital positiva en su primer contacto con una marca están más dispuestos a recomendarla, incluso si no compran en ese momento. Esto demuestra que la captación de atención no es una táctica aislada, sino una pieza esencial de una estrategia de fidelización a largo plazo. Las marcas que entienden este cambio son las que logran diferenciarse en un mercado saturado de estímulos.
Comprender la intención real del cliente: del algoritmo al lenguaje humano
De la palabra clave al sentido profundo
Uno de los mayores retos del marketing digital en 2025 no es generar tráfico, sino comprender lo que realmente está buscando el cliente cuando formula una consulta. Tradicionalmente, las estrategias de atracción se han centrado en identificar palabras clave con alto volumen de búsqueda y construir contenido alrededor de ellas. Pero ese enfoque, centrado en el dato, ha quedado obsoleto. Hoy, lo que marca la diferencia es la capacidad de leer entre líneas, de interpretar lo que el cliente quiere decir incluso cuando no lo formula con precisión.
La evolución de los algoritmos de Google
Este cambio ha sido impulsado, en gran parte, por la evolución de los algoritmos de Google. En 2013, el lanzamiento de Hummingbird marcó el paso de un análisis palabra por palabra a una comprensión contextual. En 2019, con BERT (Bidirectional Encoder Representations from Transformers), Google comenzó a entender las sutilezas del lenguaje natural, como negaciones, comparaciones o relaciones causales. En 2021, el modelo MUM (Multitask Unified Model) permitió interpretar búsquedas complejas y multilingües, incluso cuando la información relevante no está expresada explícitamente. Finalmente, en 2023 y 2024, la implementación de la Search Generative Experience (SGE) transformó radicalmente el proceso de búsqueda, ofreciendo respuestas generadas por IA antes de cualquier clic.
ChatGPT y el nuevo lenguaje de la búsqueda
En paralelo, las herramientas de inteligencia artificial conversacional como ChatGPT han revolucionado la forma en que los usuarios formulan sus dudas. Desde su lanzamiento en 2022, ChatGPT ha evolucionado rápidamente, pasando de GPT-3.5 a GPT-4, con mejoras notables en comprensión, coherencia contextual y capacidad de razonamiento. Con más de 180 millones de usuarios activos mensuales en 2024, esta herramienta no solo responde preguntas: conversa, interpreta, personaliza. Los usuarios ahora esperan este nivel de respuesta incluso cuando buscan una marca, un producto o una solución. Por eso, las empresas deben adaptar su lenguaje al nuevo entorno conversacional, que ya no tolera lo genérico ni lo ambiguo.
La intención es emocional, no solo funcional
Cuando un usuario busca “cómo atraer más clientes”, rara vez quiere una lista de técnicas abstractas. Lo que necesita puede variar enormemente: más reservas en temporada baja, mayor visibilidad en Google Maps, mejorar sus mensajes en redes sociales o simplemente entender por qué su sitio no genera contacto. Estas búsquedas están cargadas de emociones: frustración, urgencia, inseguridad económica. Y las marcas que ignoran esa dimensión emocional pierden la conexión real con el lector.
Lo que dice el cliente… y lo que realmente necesita
Según un estudio global de Google e Ipsos, el 84 % de los consumidores espera que las marcas comprendan no solo qué buscan, sino por qué lo buscan. Este dato confirma que las decisiones de compra no se guían solo por la lógica, sino por el contexto emocional. En este marco, el contenido que conecta no es el que más impresiona, sino el que transmite comprensión auténtica. Además, investigaciones del Content Marketing Institute revelan que los artículos diseñados a partir de “preguntas reales de clientes” generan un 45 % más de tiempo de lectura y un 62 % más de intención de conversión.
Responder antes de que el usuario se vaya
Responder a esta intención profunda requiere anticipar las dudas que el lector aún no ha formulado. Por ejemplo, si alguien pregunta “por qué mi página no aparece en Google”, también puede estar enfrentando problemas de indexación, penalizaciones algorítmicas o errores técnicos. Un contenido realmente útil no deja que el usuario se marche a otro sitio a buscar esas respuestas: las ofrece de manera natural, como parte de una conversación estructurada. Esta capacidad de anticipación genera confianza, aumenta la permanencia en la página y refuerza la percepción de autoridad.
Una narrativa clara que acompaña, no que impresiona
La manera en que estructuramos el contenido también influye en cómo se percibe la marca. Subtítulos útiles, frases breves, ejemplos reales y transiciones fluidas facilitan la lectura y aumentan la retención. Este enfoque no es solo estético, sino estratégico: los algoritmos de búsqueda valoran métricas como el tiempo de permanencia, el scroll activo o la tasa de retorno. Escribir para responder y acompañar —en lugar de impresionar— se convierte en una ventaja competitiva en el mundo de la búsqueda generativa.
Del marketing de producto al marketing de comprensión
Entender la intención de búsqueda no es una técnica de SEO: es una filosofía de comunicación. Implica dejar de escribir desde la perspectiva de la empresa y comenzar a escribir desde la vivencia del cliente. Significa reconocer que cada búsqueda es una historia inacabada, un problema concreto, una necesidad aún sin nombre. Y en un entorno donde los algoritmos avanzan, pero siguen sin sentir, las marcas humanas siguen teniendo una ventaja única: la capacidad de empatizar.
La brecha creciente entre el contenido vacío y las expectativas reales
Mientras tanto, muchas empresas siguen atrapadas en un enfoque editorial basado en el volumen: producir artículos cada semana, repetir consejos genéricos y “llenar” la web para cumplir con un calendario. Este tipo de contenido, que no nace de una necesidad real ni responde a una pregunta concreta del usuario, está quedando sistemáticamente relegado tanto en los motores de búsqueda como en las respuestas generadas por IA. Google, con sus últimas actualizaciones centradas en el contenido útil, y herramientas como ChatGPT, entrenadas para priorizar información clara, aplicable y bien estructurada, están desmarcando con fuerza los textos superficiales que solo simulan responder.
El usuario lo percibe también. Cada vez dedica menos tiempo a leer contenido vacío. Según datos de Nielsen Norman Group, el tiempo promedio que un lector pasa en una página mal estructurada o poco relevante es inferior a 10 segundos. En cambio, cuando encuentra un texto que le habla de verdad, que responde a su inquietud específica con honestidad y ejemplos, puede quedarse varios minutos y explorar más secciones del sitio. El contraste es brutal. Y ese contraste es precisamente lo que Google y ChatGPT aprenden a detectar y a valorar.
Así, la distancia entre los sitios con estrategias de marketing de contenido centradas en métricas internas (como la frecuencia de publicación o el número de palabras) y las nuevas expectativas algorítmicas y humanas no deja de ampliarse. Esta brecha no es solo técnica: es cultural. Implica pasar de una lógica de “hablar de uno mismo” a una lógica de “ponerse en el lugar del otro”. En un ecosistema donde la atención es breve pero el juicio del usuario es implacable, no sobrevivirá el que más publique, sino el que mejor escuche y mejor responda.
Conclusión: captar la atención del cliente es una cuestión de neurocognición y estrategia
Captar la atención del cliente en 2025 no es un acto superficial: es una conquista neurocognitiva. En un entorno donde cada usuario recibe más de 6 000 estímulos digitales diarios (Forbes, 2023), la atención se ha convertido en un bien escaso, frágil y profundamente selectivo. Según estudios de la Universidad de Princeton y del MIT, la capacidad de atención sostenida del ser humano ha disminuido significativamente en la última década, mientras que la exposición simultánea a múltiples canales ha aumentado. El cerebro humano, limitado por la capacidad de su memoria de trabajo (entre 4 y 7 unidades de información al mismo tiempo, según Miller, 1956), se ve forzado a filtrar de manera instantánea lo que merece su energía y lo que no.
Este proceso de filtrado —llamado atención selectiva— no es aleatorio: se basa en señales percibidas como emocionalmente relevantes, contextualmente útiles o inesperadamente claras. De hecho, la neurociencia cognitiva ha demostrado que la emoción, la utilidad percibida y la claridad narrativa activan diferentes zonas del córtex prefrontal vinculadas a la toma de decisiones. Por eso, los contenidos genéricos, saturados de palabras clave o vacíos de intención, simplemente no logran activar ningún mecanismo atencional relevante. El usuario los ignora antes incluso de terminar la primera frase.
En este contexto, la atención del cliente no se obtiene con fórmulas ni con trucos de SEO, sino con una estrategia de comunicación profundamente empática, basada en una comprensión auténtica del lenguaje humano. Según el psicólogo cognitivo Daniel Kahneman, autor de Thinking, Fast and Slow, el cerebro humano opera bajo dos sistemas: uno rápido, automático, emocional (sistema 1), y otro lento, racional, analítico (sistema 2). Captar la atención exige hablarle primero al sistema 1, con señales visuales claras, lenguaje accesible, narrativas breves pero potentes, para que luego el sistema 2 pueda intervenir y profundizar en el contenido.
Los datos lo confirman. Un estudio de Wistia reveló que los vídeos de menos de 60 segundos generan tasas de retención de hasta el 80 %, mientras que los vídeos de más de dos minutos caen por debajo del 50 %. En la lectura digital, el 55 % de los usuarios abandona una página en los primeros 15 segundos si no percibe una respuesta clara a su intención. Sin embargo, cuando el contenido es percibido como altamente relevante, el tiempo medio de lectura puede superar los 4 minutos, incluso en sectores considerados “técnicos”.
Esto nos lleva a una conclusión estratégica ineludible: captar la atención no es un objetivo aislado, sino la base de toda relación digital duradera. Es el primer eslabón de la cadena que lleva a la confianza, a la conversión y, finalmente, a la fidelización. Para lograrlo, las marcas deben abandonar la obsesión por el volumen y centrarse en la calidad de la conexión. Esto implica crear contenidos diseñados desde la intención real del usuario, articulados con rigor y emoción, respaldados por datos y estructurados para el cerebro humano, no solo para el algoritmo.
Atraer clientes hoy significa, en definitiva, saber interrumpir con respeto, informar con claridad y acompañar con autenticidad. Porque en el mundo digital contemporáneo, la atención no se exige: se merece.


Este sitio web utiliza exclusivamente Plausible Analytics, una herramienta de análisis web respetuosa con la privacidad.
No se utilizan cookies ni se recopilan datos personales de los visitantes.
El sistema cumple con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), la directiva ePrivacy y las recomendaciones de la AEPD.
EUSKAL CONSEIL
euskalconseil@gmail.com
00 33 782505766